Las empleados de hogar internos están muy cercanos a la intimidad familiar y por ello deben ser personas de confianza y con capacidad para mantener siempre la discreción y el respeto por la familia y con capacidad para ejercer su trabajo de manera profesional.

Respeto, amabilidad y profesionalidad son aptitudes fundamentales. Personas con alta motivación para trabajar y con sentimientos positivos que favorezcan el buen ambiente y la armonía dentro del hogar.

Evidentemente nuestras candidatas poseen habilidades concretas relacionadas con todas las tareas domésticas como la limpieza, la cocina o la plancha.  Pero valoramos también la capacidad organizativa, la formación y la titulación relacionada con la educación, la enfermería o la pedagogía. Así como la experiencia previa en centros escolares u hospitales, especialmente cuando hay bebés de corta edad. 

Además de realizar las tareas domésticas eficientemente, nuestras  empleadas de hogar internas ideales para niños  deberán tener habilidades educativas. Cierta firmeza para inculcar en los más pequeños algunas normas de comportamiento. Paciencia, buen carácter y sensibilidad hacia los niños.